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Iglesia de Santo Tomás de Cantorbery

La neogótica y exenta iglesia parroquial de Santo Tomás de Canterbury, o iglesia nueva de Sabugo (Plaza de La Merced, 1), un ambicioso proyecto del arquitecto Luis Bellido González, se asienta en el solar del desaparecido convento de La Merced y obedeció al deseo de la próspera burguesía avilesina del momento de contar con un nuevo templo que supliese en sus funciones a la pequeña y humilde iglesia vieja de Sabugo, barrio marinero al que, curiosamente, no se orienta —lo hace hacia la calle de la Cámara—, a pesar de tener, en teoría, que atenderlo. La obra dio comienzo en 1896 y la consagración se produjo en 1903. Es de planta de cruz latina, con tres naves y una de crucero, además de un ábside poligonal poco acusado externamente al estar flanqueado por dos sacristías. En la fachada, entre las dos torres de los extremos, que culminan en agudos chapiteles, hay un cuerpo más bajo, con un pórtico o portal inferior, de tres arcos, en cuyas enjutas se hallan las estatuas de los cuatro evangelistas esculpidas en mármol de Carrara. El piso superior, donde se abren amplios ventanales, muestra una franja de arquillos ciegos bajo la cornisa y termina, en la calle central, con balaustrada calada y el escudo de Avilés sujeto por leones. La mayor parte del conjunto ornamental interior (retablos, confesionarios, cuadros del altar referidos a Santo Tomás de Canterbury y San Pedro Nolasco...) se realizó en el taller de Félix Granda-Buylla, asturiano establecido en Madrid. Las vidrieras corresponden a Maumejean Hnos.

 

Iglesia de S. Nicolás de Bari

Antiguo convento de la comunidad franciscana que llegó a Avilés en el siglo XII. Hoy en día es la parroquia de San Nicolás de Bari.
Conserva signos de la identidad histórica avilesina, como la pila bautismal: un capitel corintio, al que muchos expertos señalan como uno de los pocos vestigios del dominio del Imperio Romano en el Avilés primitivo.
A lo largo de los siglos, el convento sufrió numerosas modificaciones, y la que se conserva como auténtico es el pórtico de la fachada norte, de estilo protogótico. Del siglo XVII data el claustro, que incorpora una sala capitular románica del siglo XIII.
El interior tiene capillas muy interesantes, pero destaca sobre todo, el sepulcro de Martín Alas, finales del siglo XV y una maravillosa muestra de la estética hispano-flamenca.